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<A name=1>1.-
Cuando el ojo del amo e-ngorda el caballo |
En estos tiempos en que la combinación de la tecnología y las últimas técnicas de marketing permite extraer hasta la última gota de información acerca de los hábitos de los consumidores, las bases de datos de clientes o usuarios se han convertido para muchas empresas en uno de sus principales activos. \”Tengo 60.000 registrados en mi base de datos, ¿qué te parece?\”; \”Psché, eso no es nada: yo tengo 90.000, y sin contar los repetidos\”. Son frases que no sorprende escuchar en una conversación entre directores comerciales, secretamente picados por acumular el mayor número de registros en sus servidores, hasta el punto de olvidar a menudo que los datos llevan tiempo desfasados o desaprovechados, y dilapidado por tanto todo su potencial.
De nada sirve amasar un abultado listado de clientes si no se le sabe sacar partido a ese fondo. No basta con recolectar nombres y apellidos: hay que ir un paso más allá y aspirar a tratar con el que Núria Dolader denomina en este artículo \”el consumidor útil\”. No se trata de llegar al extremo de que el director de marketing sepa si el gin tonic nos gusta con una rodaja de limón o con el zumo del cítrico exprimido, aunque tampoco hay que cometer el error opuesto de generalizar. Porque casi peor que ignorarlo todo sobre los potenciales clientes es pensar que se sabe mucho de ellos simplemente asignándoles unas etiquetas vagas y harto manidas, que se contentan con encuadrar a los consumidores dentro de estereotipados grupos o segmentos pero no indagan en sus preferencias individuales.
¿Cómo alcanzar ese punto de equilibrio entre el conocimiento exhaustivo y la hiriente ignorancia? Sencillo: estableciendo \”una relación one-to-one, continuada, interactiva y cada vez más estrecha\”. E Internet tiene un papel protagonista en esta tarea, ya que es el medio que permite ahondar de forma precisa, personal y continua en los gustos individuales. Ejemplos abundan de empresas que echan mano de una amplia variedad de herramientas online para este fin, tales como encuestas de satisfacción periódicas, zonas privadas, configuración personalizada de contenidos, espacios donde verter sugerencias y opiniones, paneles y demás acciones comunicativas y promocionales. Todo con tal de otorgar valor real a nuestra base de datos, que no está sólo para ser engordada como un pavo antes de la Nochebuena… Más bien al contrario, es el sustento que da de comer a muchas empresas. Trátela como se merece. >> Leer
2.- Los menores, desprotegidos en Internet |
Hoy día, los niños aprenden antes a manejar el ratón, el móvil o el mando a distancia que el bolígrafo o el tenedor, hasta el punto de que los menores se han convertido en uno de los grupos más numerosos de usuarios de Internet. En países como Alemania, Reino Unido o Dinamarca la \”generación e\” (usuarios menores de 18 años) alcanza hasta el 60% de la población internauta, y el 50% como media en toda la UE. Y sin embargo, su potencial como consumidores online se diluye en el vacío legal
que rodea su situación, tanto en España como en otros países comunitarios, incertidumbre que provoca que muchas empresas se muestren reacias a manejar datos de menores al tratarse de un tema sumamente peliagudo.
En Estados Unidos, siempre puntillosos con las cuestiones legales, sí existe regulación jurídica a este respecto: la Children\”s Online Privacy Protection Act, de 1998. En otros países, las empresas optan por la autorregulación mediante códigos éticos de comportamiento. En conclusión, \”resaltar la inseguridad jurídica existente alrededor de este asunto, ya que actualmente no existe regulación específica alguna que determine la posibilidad de dichos tratamientos de datos, a excepción de lo establecido por la Agencia Española de Protección de Datos en el anuario del año 2000\”. Pues habrá que ponerse a legislar. >> Leer
3.- Lo que avanza la tecnología… ¿o no? |
Las ciencias avanzan que es una barbaridad. Para comprobarlo, ponga en práctica el siguiente sencillo ejercicio, con el que de paso ejercitará su capacidad fabulatoria: imagine cualquier innovación que tenga que ver con la tecnología, y comprobará como casi siempre alguien se ha adelantado ya y ha hecho realidad el invento. Por ahí andan revistas que compilan lo más granado de la blogosfera, un software que genera automáticamente contenido para periodistas y bloggers
(les prometemos que no lo utilizamos para crear este boletín), unos asesinos que se ofrecen para borrar del mapa cualquier estorbo, o unos panties que emiten una señal por radiofrecuencia para que su portadora esté siempre localizable. ¿Que le suena todo ligeramente inverosímil? Pues por una vez su desconfianza ha acertado, ya que estas son algunas de las descabelladas (y falsas) propuestas que concurren al Eyebeam Contagious Media, un certamen que premia los bulos que más revuelo hayan causado en la Red. Lo que está por ver es cuánto tardarán algunas de estas ideas en hacerse realidad. Ysi no, al tiempo…>> Leer
4.- En la Red |
¿Compramos un CD o un canon?
El canon que grava los CD y DVD vírgenes supone un atentado contra la industria, definitivamente. Y más ahora que hemos conocido estas sangrantes cifras: la SGAE recauda en cada CD un 40% de su precio, cifra que se eleva hasta el
60% en el caso de los DVDs. Es un contrasentido absoluto, porque el uso de estos discos digitales para hacer copias privadas de material propio sólo sucede en un 13,2% de los casos; lo demás se utilizan para copiar material pirata o distribuir copias fraudulentas que no pagan derechos de autor. Por eso, la Asociación Multisectorial de Empresas Españolas de Electrónica y Comunicación (Asimelec) quiere que esta cuota se reduzca como mínimo en un 75%.
En realidad hablamos de un sobrecoste que, curiosamente, favorece lo que se quiere combatir: los mercados piratas y fraudulentos. Cumplir con la ley ha supuesto un descenso del 50% en las ventas, ya que las redes fraudulentas -que no pagan la remuneración por copia privada- están llegando incluso a los canales de gran consumo, con empresas \”mutantes\”. En fin; o el panorama se aclara (y, sobre todo, se racionaliza), o acabaremos con una situación similar a la de Los Ángeles, donde la Asociación Estadounidense de Productores Cinematográficos ha puesto 151.000 euros para instalar una red de cámaras de vigilancia en el centro de la ciudad, con el objetivo de acabar con la venta de DVDs piratas.
- Bajo el poder de los gurús digitales
La comunicación empresarial ya tiene quien la lidere. Hablamos de los tecnoinfluenciadores, si se nos admite el palabro, que en todo caso no hemos inventado nosotros. Son personas que usan las tecnologías más punteras para cambiar los hábitos de compra con sus recomendaciones, según las define un estudio de Burson-Marsteller. Y podemos deducir que su poder es inmenso, a tenor de este dato: al 86% de ellos sus familias, amigos y compañeros les piden consejo sobre lo que adquieren. En EEUU, por ejemplo, 11 millones de influenciadores online controlan a más de 155 millones de consumidores. O lo que es lo mismo, cada uno de estos líderes influye sobre los hábitos de consumo de una media de 14 personas.
Su trabajo consiste en probar productos y, acto seguido, conectarse a la Red para compartir sus impresiones. Chats, webs, cámaras digitales, foros de discusión, teléfonos móviles y blogs son sus instrumentos básicos de trabajo para crear o cambiar opiniones, fijar tendencias y lanzar rumores acerca de marcas, compañías, productos y servicios. Para el 98% de estos profesionales, la calidad
es el factor determinante en sus decisiones de compra de tecnología, seguida muy de cerca por la funcionalidad -97%-. Ocho de cada diez usan las nuevas tecnologías para resolver problemas de negocios, y el 46% pone mensajes en paneles de discusión -hay empresas con trabajadores dedicados exclusivamente a este menester-, mientras que el 41% emplea la mensajería instantánea para transmitir información sobre una compañía. Lo dicho: con ustedes… los reyes del mambo.
- Para ganar dinero, nada como un casino online
Una abogada de California que amasó su fortuna ofreciendo pornografía en la Red, su marido y dos graduados en tecnología indios. Este es el reparto estelar de la película que todos soñamos protagonizar -dar un pelotazo en Internet- pero que, de momento, sólo ellos han conseguido. Y todo gracias a PartyGaming, un casino online que, tras siete años de operaciones, mueve más de 8.000 millones de euros y empezará a cotizar
en breve en la Bolsa de Londres. Para que se hagan una idea de la magnitud de la compañía, que ya es una de las mayores del Reino Unido, los creadores del asunto pueden embolsarse entre todos más de 1.800 millones de euros sólo con la venta de una parte de sus acciones. Richard Segal, de PartyGame, dice que el secreto del éxito radica simplemente en permitir a la gente jugar cuando quiera y en su casa, lejos de la intimidación que supone enfrentarse a un croupier real. De modo que, si quiere ganar dinero a espuertas, anímese: el mercado del póquer por Internet ha crecido un 466% en sólo doce meses, y alcanzó el año pasado un valor de 1.144 millones de euros, cantidad que podría doblarse en 2005.
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