Hemos seguido con tristeza y preocupación la operación de cáncer de páncreas a la que ha sido sometido Steve Jobs. Como es sabido, Steve ha sido capaz de de devolver a Apple el alma que había perdido.
Desde la invención del i-Pod, Steve ha estado luchando por cambiar los parámetros de éxito de Apple y los resultados le vienen dando la razón. Su operación, completamente sorprendente, ha sido un duro golpe a la dirección de Apple y no podemos más que desearle que sea cierto lo que ha anunciado a sus empleados, que piensa estar de vuelta en su oficina el próximo septiembre. Lo más esperanzador de la noticia es el hecho de que no tenga que sufrir los efectos de un tratamiento de radioterapia, lo que hubiera hecho imposible una rápida recuperación.
Apple no está todavía en posición segura y Steve es un CEO que ha demostrado que nadie entiende a la empresa como él. Creador y máximo responsable de la misma, ha sabido siempre conectar con un público selecto, lejos del mercado multitudinario de los PCs y sus clónicos, y se le considera un gigante de la innovación.
Su buena relación con Bill Gates le reportó la inyección de capital que necesitó hace unos años, a su vuelta a la empresa que había creado, para salir adelante y relanzar la marca, que corría serio riesgo de desaparecer.
Cúrate pronto, Steve. Apple y todos nosotros te necesitamos.
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