El suceso tuvo lugar el pasado martes en la localidad de Chiswik, al Oeste de Londres. Unos policías patrullaban la zona cuando vieron a un individuo utilizando un portátil en el exterior de una casa. Al ser preguntado por los agentes, contestó que estaba conectado a Internet a través de una conexión wi-fi desprotegida.
Los policías detuvieron al hombre, que después fue puesto en libertad, aunque deberá presentarse en las dependencias policiales el próximo 11 de noviembre para nuevos interrogatorios.
“Esta detención servirá de aviso para cualquiera que crea que es aceptable utilizar ilegalmente la conexión de banda ancha de otras personas”, declaró el oficial Mark Roberts, de la Policía Metropolitana. “Los usuarios de ordenador deben ser conscientes de que es una práctica ilegal, y la policía investigará cualquier violación de la que tenga constancia”.
Con la ley en la mano, es cierto que utilizar sin permiso una conexión inalámbrica sin protección de seguridad es un delito en el Reino Unido, según estipula la Communications Act de 2003.
De hecho, no es la primera vez que se aplica con todas sus consecuencias esta ley: en abril un hombre fue detenido en Redditch por el mismo motivo, y en 2005 otro hombre fue condenado a pagar una multa de 500 libras y sentenciado a 12 meses de libertad condicional, en lo que se consideró el primer caso de secuestro de una conexión inalámbrica.
Lo que no está tan claro es quién debe presentarse como acusador en semejante situación, ya que muchos usuarios no tienen inconveniente en compartir su ancho de banda sobrante.
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