Esta semana el glamour que desprende la Web 2.0, condensado en la figura de los fundadores de dos de los servicios más representativos de la denominada “Web participativa”, Flickr y Del.icio.us, cruzó el Atlántico para instalarse pasajeramente en Madrid en el seminario organizado por Yahoo España. De lo visto y oído durante la interesante jornada cabe concluir varias cosas:
- No nos empeñemos en discriminar terminológicamente ni en dividir radicalmente lo que es un proceso evolutivo. Como explicó Stewart Butterfield, creador de Flickr, las fotos son sólo una excusa para interactuar con otros a través de la Red, y lo mismo pasa con los blogs, los wikis, o los videos.
- De acuerdo, los usuarios son más activos, pero eso no nos sitúa necesariamente en una nueva era: simplemente estamos explorando y asumiendo los nuevos usos que nos facilitan las cada vez más abundantes nuevas tecnologías. Estamos en pleno proceso de aprendizaje, como un niño que absorbe cosas nuevas cada día. Pero no ahoguemos en responsabilidades a la criatura, dejen que se destete a su debido ritmo..
- Más allá de insertar AdSense, parece que a nadie se le ha ocurrido todavía la fórmula de rentabilizar los contenidos generados por los usuarios. Pero un momento: ¿es eso necesario? Si la Web 2.0 es ante todo un elemento social, ¿por qué tanta urgencia por monetizarla?
- Los más entusiastas de la Web 2.0 acusaron a los ponentes de la mesa dedicada a la rentabilidad de la misma de recurrir a planteamientos manidos y repetitivos, pero los que invierten en publicidad tienen todo el derecho a ser cautos y no exponerse a nuevos batacazos… Al fin y al cabo, ¿no es todavía la Web 2.0 un territorio ocupado por una minoritaria elite, casi diríamos que fronteriza con el universo geek?
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