Economía Digital: todo por hacer

Internet, aunque así lo crean la mayoría de los internautas, no es un gran mercado global, sino la suma de millones de mercados digitales que, como un mar, mece sus olas de orilla a orilla, generando nuevos mercados en cada playa que toca. Por ello se presta mejor a la generación de pequeños negocios, que crecen poco a poco hasta que explotan y se convierten en grandes, y no tanto a la existencia de grandes negocios desde el principio.

Las grandes empresas ven en Internet tan solo una herramienta de mejora de sus procesos internos o que posibilita un mayor acceso al cliente, pero la revolución, si es que la hay, está claramente en que nuevos mercados que alteran el orden de las cosas. Napster no es un caso aislado. Los negocios digitales tendrán todos un componente lúdico y de satisfacción personal, que será la causa de su éxito porque miles de usuarios lo recomendarán a cientos de miles más. No se trata tan sólo de satisfacer al cliente, sino de entusiasmarle y de no decepcionarle nunca.

Algunos ejemplos de libro

Tal y como se ha podido ver por la compra de Time Warner por AOL, ninguna de las grandes empresas que apostaron fuerte por la Red, han tenido éxito con sus incursiones. ‘Los Amazon y los e-Bay ‘ de Internet son empresas gestadas desde cero. Entonces cabe preguntar: ¿es imposible que una gran empresa triunfe en Internet? No, pero es difícil porque su cultura no acompaña.

La Red exige unas características que no coinciden con las que se cultivan en la empresa tradicional actual. En especial se le hace difícil la transparencia (estas son mis intenciones y esto es lo que cobro y lo que doy a cambio…) y la colaboración en red con una cadena de valor cada día más amplia, ya que se trata de que todos aporten algo y saquen partido de su pertenencia a la red de una empresa.

Desde luego, los resultados actuales de las puntocom no son un aval de su potencial a largo plazo, pero aquellas empresas que consideran que no han aportado nada, no tienen perspectiva. Las empresas puras de Internet han demostrado que sus ideas tienen un valor casi tan importante como la capacidad de gestión y el rigor del management moderno. Además, aquellas que han generado verdaderos adeptos (Hotmail, ICQ o Google, por ejemplo), han conseguido crecer por encima de cualquier posibilidad existente en el mundo real, con rentabilidad y capacidad de generar de nuevos negocios.

Aprender de los errores

Cabe pensar que una segunda generación de puntocom aprenderá de los errores anteriores y, como en el caso de Napster, estarán apoyadas por grandes empresas tradicionales y se convertirán en un revulsivo entre sus sectores de actividad.

En 10 años, todas las empresas, tradicionales y puntocom dispondrán de una red de acceso a sus stakeholders, que dará más valor a sus activos digitales. Además fidelizará a sus miembros que, aunque pertenezcan a diversas redes, limitarán la participación a aquellas que consideran aportan y reciben mayor valor personal o empresarial.

Todo por hacer

La necesidad de disponer de activos digitales de mayor valor, obligará a las empresas a invertir tiempo y dinero en el estudio real de su conocimiento interno, así como en la forma de facilitar el paso de los formatos documentales a digitales, para facilitar la extracción del conocimiento que encierran.

Y dado que cualquier red puede perder muchos usuarios en unos segundos, será necesario configurar entornos de trabajo más interactivos que los actuales, incorporar prestaciones de Internet a las aplicaciones empresariales y desarrollar entornos en los que los trabajadores y los clientes dispongan de un espacio para relacionarse.

Las empresas deberán aprender a generar verdaderos portales individuales para sus empleados; darles publicidad dentro de su red y dejar que el prestigio personal de cada uno les ayude a dar credibilidad a su empresa. Los mejores deberán dar ejemplo y estar dispuestos a potenciar las capacidades de la red que una empresa haya creado. Y este tipo de redes se organizarán a partir de la gestión del conocimiento interno; de la generación de nuevos entornos de aprendizaje y de la externalización de los procesos de la empresa con acceso de todos a la autogestión. Está todo por hacer.


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