Es otra de estas cosas de las que los lectores del blog me habéis pedido que comente. La servucción como concepto es la fabricación de servicios.
¿Y esto para qué sirve? Pues tiene diferentes ámbitos de aplicación. Por un lado se basa en desarrollar metodologías que permitan cubrir necesidades del mercado objetivo, con el fin de incorporar esos servicios a productos concretos o con el fin de venderlos como paquete o servicio global.
Un caso que estamos habituados a ver es, por ejemplo, la financiación de los bienes de consumo, desde la tarjeta de crédito hasta el leasing o renting, son servicios financieros que se definen en un producto financiero con unas características concretas. En el caso del mercado de la automoción son estos servicios la base de las promociones de retirada de stockage o de cambio de modelo.
Lo más importante de definir es la acotación de ese servicio, es decir, donde es servicio de una clase y donde ser servicio de otra. En el caso de la filosofía de negocio de las empresas de Internet, una aplicación de la servucción está basada en servicio gratuito, sencillo y con pocas opciones, y servicio de pago con muchos más extras y acceso a muchas más opciones.
Hay verdaderos gurús en la aplicación de la servucción, aunque sin duda una de las aplicaciones que más juego permitirá es el de la inmobiliaria y construcción, en los que aún no se han incorporado demasiado. Al final las casas irán dotadas de unas posibilidades de servicios que serán el verdadero factor diferenciador del producto inmobiliario.
A veces vestir un producto con buenos servicios, como por ejemplo fórmulas de financiación, servicios de valor añadido y demás, hace que las empresas de cualquier tipo terminen por convertirse en empresas cuyo modelo de negocio cambia hacía “la cuota“; es decir, lo importante ya no es que tengas un coche de 30.000 euros, lo importante es que pagues una cuota de 400 euros todos los meses, y cuando quieras cambiar de coche sigas pagando esa cuota otros cuantos años más cambiando el coche que tienes actualmente.
La Servucción es otro de los grandes conceptos a incorporar en el paso de la globalización.
Y como no, las empresas que preparan un buen concepto de servicio –y que además lo aplican de forma eficiente- son de las más punteras para recibir capital de una forma seria. El motivo es sencillo: son empresas que con pocos recursos, un buen enfoque tecnológico y no demasiado capital pueden conseguir resultados empresariales excelentes.
Muchas de estas empresas bien gestionadas y participadas por empresas de capital o Business Angels pueden terminar siendo la base de servicios de grandes grupos industriales que suelen ser el tipo de empresa final al que el capital riesgo vende en su salida de la compañía.
Artículo publicado originalmente en el blog de Rubén García.
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