El coste extra, nueva preocupación para la próxima generación de DVD

Los consumidores que se enfrenten en breve a la cara y confusa elección entre dos nuevos patrones de DVD de alta definición tendrán que asumir más costes para actualizar sus sistemas de ocio si quieren disfrutar de todos los beneficios de los nuevos reproductores de películas.

Los fabricantes de productos electrónicos y Hollywood se han alineado detrás de dos formatos divergentes: el Blu-Ray, apoyado por Sony, y el HD-DVD, defendido por Toshiba, que la semana pasada anunció el posible retraso de su lanzamiento hasta mediados de abril.

Ofreciendo discos con mucha más capacidad que los actuales DVD, las compañías esperan infundir nueva vida al mercado del vídeo doméstico, que se calcula que mueve 24.000 millones de dólares.

Sin embargo, su incapacidad para llegar a un acuerdo que permita utilizar un formato unificado ha abonado el terreno para una costosa batalla, similar a la que vivió el sector del vídeo con la confrontación VHS-Betamax, hace veinticinco años.

Microsoft anunció también la semana pasada que retrasará la salida de su sistema operativo Vista para los usuarios hasta enero de 2007. Vista está diseñado para el HD-DVD, por lo que se espera que dé un gran impulso a esta tecnología en los ordenadores personales.

El anuncio de Toshiba ha sido desalentador, porque llegó en la misma semana que el de Microsoft. Cuando los DVD salieron al mercado hace ocho años, aproximadamente un 70% de los sistemas vendidos en el primer año estaba en los PC, y sólo el 30% restante se comercializó como reproductores para televisión.

Estos factores se suman al hecho de que la gran mayoría de hogares no está preparada para apreciar plenamente la nueva generación de imagen de DVD de alta definición. Sólo uno de cada diez casas es apto para apreciar la calidad de sonido de estos nuevos discos y reproductores, según los informes, y uno de cada ocho tiene un aparato de HD-TV con calidad de imagen lo bastante buena para ver adecuadamente el Blu-Ray o el HD-DVD.

Para potenciar los sistemas de ocio doméstico, sí, habrá que rascarse el bolsillo. Una pena, teniendo en cuenta que los nuevos reproductores de DVD costarán entre 500 y 1.000 dólares (aproximadamente entre 400 y 800 euros), un precio inferior al de muchos televisores o equipos de música.


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