Podrían sacarse diferentes títulos peliculeros para definir la actividad de este hombre. Kevin Ham descubrió a finales de la década pasada que lo que de verdad da dinero en Internet no son los contenidos de calidad ni obtener una posición destacada en los buscadores, sino conseguir atraer el mayor número posible de gente a los sitos de tu propiedad, repletos de anuncios patrocinados que dan dinero por cada clic de los despistados visitantes.
Ham es un tipo audaz y poco escrupuloso, capaz de apoderarse de la identidad virtual de todo un país (Camerún, poseedor del dominio .cm) para reconducir hacia los miles de dominios de su propiedad el tráfico de internautas propensos a teclear erratas o a no utilizar los filtros de los buscadores. Su actividad es poco conocida, pese a que seguramente todos hemos visitado alguna vez una de las webs que posee. Y es que la discreción ha sido siempre fundamental para desempeñar su trabajo, despreciable para unos, admirable para otros, y sin duda habilidoso.
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