Hay veces que es tan malo pasarse por exceso como por defecto, y eso parece que es lo que le ha pasado al doliente sector de los chips. Mientras los desarrolladores de microprocesadores se empeñan en hacerlos más rápidos cada día, doblando si es necesario el ritmo de innovación constante impuesto por la famosa ley de Moore, los usuarios de computadoras permanecen tranquilos, ajenos a esta carrera desenfrenada y disfrutando de las excelencias de sus viejas máquinas, con cuya potencia les basta y les sobra.
Al menos todo esto se desprende de alguna que otra realidad, como las cifras de venta del Pentium 4, que recientemente ha hecho públicas Intel, y de las previsiones de los analistas, que por ejemplo no creen que Intel venda más que la mitad de los 20 millones de chips Pentium 4 que anticipó este año. Esto es así porque las computadoras existentes son potentes de sobra para manejar sin problemas cualquier aplicación, el software ha dejado de tirar del carro del hardware.
Intel ha presentado recientemente un chip a 1.7 GHz, y en breve pondrá de largo uno a 2 GHz, mientras que AMD, su principal competidor, comercializará un Athlon a 1.4 GHz este mes y uno a 1.5 GHz el siguiente trimestre. En cambio, los compradores de computadoras personales, que cada vez saben mejor lo que se hacen, se están inclinando por máquinas de unos 800 MHz a 1.1GHz, y prestan más atención a que incluyan más memoria, un DVD o una grabadora de CDs antes que a ganar algo más de velocidad en el procesador.
- En ZDNN
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