En Finlandia tienen una buena montada con el tema de la intimidad de las comunicaciones de los trabajadores. Todo parece indicar que en breve el Parlamento finlandés aprobará una ley que permita vigilar los mensajes enviados por los empleados desde el correo corporativo. El contenido seguirá siendo secreto, pero la empresa podrá saber cuándo y a quién se envían e-mails desde la oficina.
Siendo ya un tema delicado y muy discutible donde debe situarse la frontera entre la intimidad y el uso de los recursos de la empresa, lo peor es que se acusa a Nokia de haber promovido esta ley a favor de sus intereses, después de haber sufrido casos de espionaje industrial. Dicen que Nokia llegó a amenazar al gobierno con trasladar su sede a otro país si no se aprobaba la ley. ¿Tan lejos puede llegar el poder de los lobbys?
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