Que el vídeo online va a ser una de las estrellas de 2007 no lo duda casi nadie. Lo que no está tan claro es cómo se le puede sacar partido al soporte y rentabilizar los costes de mantenimiento o las abultadas inversiones realizadas. Para empezar, un jarro de agua fría de la consultora Screen Digest, que asegura que sitios como YouTube o MySpace, en los que priman los vídeos hechos por y para aficionados, apenas recibirán el 15% del total de la inversión publicitaria destinada al sector del vídeo online. Los anunciantes optan por sitios “más profesionales”, suponiendo tal vez que la imagen de su producto saldrá mejor parada si acompaña, por ejemplo, un programa de la CBS que junto al cumpleaños de la tía Jacinta.
La publicidad, sí, parece la solución, pero tampoco está claro que en el vídeo vayan a funcionar las fórmulas que en la televisión agonizan por cansinas y poco imaginativas: a nadie le hace gracia encontrarse con un spot antes, después o durante el vídeo, una especie de presencia intrusiva equiparable a los pop-ups de la Web. Google ensaya una versión de su programa Adsense adaptada al vídeo, con unos espacios en azul en la barra de carga que señalan los momentos reservados para los anuncios. Todo son pruebas y por ahora nadie parece tener certeza alguna; habrá que estar al tanto para ver cómo funciona la imaginación de los publicistas y desarrolladores.
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