Ve poniendo las lentejas, que enseguida llego; No, Paquita, esta vez no puedo perdonarte, vete a hacer puñetas; Sí joder, el viernes nos vemos y nos metemos unas cañas. ¿Quién no ha escuchado conversaciones similares de usuarios que hablan por sus móviles? (las más de las veces, a voz en grito).
Convengamos en que el móvil es algo muy útil, capaz de salvarnos los muebles incluso en casos de urgencia. Pero, ciertamente, tendemos a abusar en demasía de ellos.
Quizás por eso, la capital sueca, Estocolmo, ha decidido restringir el uso de los móviles en el transporte público. Según el alcalde socialista de la ciudad, su uso desmesurado es un fastidio social y además un riesgo para la salud, de modo que ha decidido acotar zonas en el autobús para su uso. No estaría mal, no, que tomáramos nota por estos ruidosos lares.
La medida ha agradado a unos y ha disgustado a otros, que hablan de recortes de libertades.
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