Gestionar el perfil de los políticos en las redes sociales: el negocio del año para las empresas

¿Qué político no quiere estar en las redes sociales? Hace dos años ninguno tenía ni idea de qué era eso de las redes sociales, Internet o Facebook. Ahora muchos de ellos siguen sin tener ni idea, pero han sabido asesorarse.

Es por ello que ahora una grandísima parte de los políticos tienen presencia en las redes sociales. Incluso los más chapados a la antigua, aquellos que creían que Internet era más un futuro lejano que un presente actual, escriben artículos en su blog, hacen microblogging en Twitter, enseñan sus vídeos en YouTube o comparten sus fotos en Facebook o Tuenti.

El auténtico líder de esta revolución comunicativa ha sido Patxi López, que desde hace mucho tiempo gestiona con éxito sus múltiples plataformas 2.0. Encima, si no era ya suficientemente aclamado por sus colegas políticos, su última victoria en las elecciones vascas (y las de Obama en Estados Unidos) ha servido de modelo para aquellos políticos que ya se dan cuenta de que la política 2.0 es tanto o más necesaria que la que se hace a pie de calle y se han puesto a ello.

Sin embargo, en la mayoría de los casos el mérito no es de los políticos. Y es que ya son muchas las empresas tecnológicas que ofrecen a los políticos una cobertura social en Internet completa: blog, Twitter, YouTube, Tuenti, Facebook, Flickr… incluso LastFM. Es lo que para muchas empresas se ha convertido en el negocio de este duro 2009. Ante la crisis y la desaparición de algunos mercados, otros como éste emergen rápidamente para situar al político en la red a cambio de unas cantidades simbólicas para el partido pero generosas para el que le realiza el servicio.

El ‘owned’ de Rosa Díez
En la memoria colectiva de muchos cibernautas aún se haya la pillada que sufrió Rosa Díez, cuando se descubrió que ella no gestionaba su cuenta de Twitter, ya que no era posible que estuviese en una entrevista y tuiteando a la vez. La propia Rosa Díez reconocía un tiempo más tarde que casi todos los políticos encargan a otros la gestión de sus perfiles en las redes sociales: “Hay muchos políticos que tienen perfiles en Internet y que delegan en personas de su confianza para que se encarguen de eso. Y quien niegue eso, miente. En mi caso, lo que pasó es que la persona que tenía el encargo de actualizar mi Twitter se apasionó tanto que actualizó mucho”.

Así pues, las empresas de tecnología han encontrado en este negocio una nueva burbuja de ingresos mientras ayudan a los políticos a mejorar y amplificar su presencia en la Red. Eso sí, a partir de ahora habrá que ir con más cuidado, no sea que nuestros lectores descubran el don de la ubicuidad.


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