Se pueden encontrar muchos y muy diversos motivos para demandar a Google. Desde acusarla de que te han atropellado en un camino rural por culpa de indicar erróneamente una ruta, hasta de archivar todas las redes WiFi del Reino Unido con fines comerciales, lo cual es mucho más grave.
Este proyecto secreto ha trascendido ahora, después de que un tribunal alemán iniciara a comienzos de mes una investigación sobre los límites de la privacidad en el servicio Google Street VIew.
Los coches de Google equipados con cámaras que han recorrido cada metro del Reino Unido no se han limitado a captar fotografías, sino que han construido una enorme base de datos con las redes domésticas WiFi que han encontrado a su paso, precisando las coordenadas exactas de cada una de ellas.
Esa información ha servido después para usos comerciales, mostrando anuncios de restaurantes cercanos, tiendas y otros servicios a través de la aplicación de Google Maps para móviles. Si alguien camina con un móvil por la calle, el software puede determinar su posición detectando las redes WiFi cercanas y precisando la ubicación con las coordenadas de Google.
Utilizar las redes WiFi domesticas para montar este sistema es más barato que recurrir al posicionamiento vía satélite. Otra cosa es que sea ética y legalmente aceptable, y si choca o no con el conocido lema de Google “Don’t be evil” (“No hagas el mal”). Según Google, otras compañías recurren al mismo sistema, por ejemplo, Skyhook Gíreles, que tiene relaciones comerciales con Apple.
Además, alega que la información que se obtiene de las redes inalámbricas es pública, ya que su alcance va más allá de las propiedades privadas en las que están instaladas, y que ellos no la utilizan para identificar a personas, ya que sólo han archivado datos técnicos.
Lo que está claro es que el servicio de Street View está dando a Google más problemas que alegrías. Los coches que recorren las calles fotografiando edificios ya han suspendido sus actividades en casi todos los países donde está disponible el servicio, y en muchos se enfrenta además a la amenaza de demandas judiciales.
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