La Unión Europea ha decidido aplicar mano dura en todos los temas que toquen, aunque sólo sea lateralmente, a la libre competencia. Al frente de esta nueva campaña se encuentra el presidente de la comisión de la Competencia, Mario Monti. En este caso el frente se ha abierto contra la empresa estadounidense de microprocesadores Intel, a la que se investiga por la dudosa legalidad con la que desarrolló sus prácticas de negocio.
Lo que ahora se va a estudiar es si es cierto que la compañía presionó a las empresas que compraban microprocesadores fabricados por la competencia mediante la denegación de datos y su limitación al acceso de nuevos chips de Intel. Además, como medida de presión, Intel dejaba de realizar campañas de publicidad con aquellas firmas, como Siemens y Olivetti, que preferían utilizar los productos de compañías como AMD.
Según fuentes de la empresa, la colaboración con la Unión Europea está siendo total, ya que los responsables de la firma están convencidos de que no han violado las leyes de la competencia.
En The Standard
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