Son la nueva y, por desgracia, emergente forma de basura: los splogs (spam + blogs) están inundando la blogosfera.
Wired dedica un artículo al asunto, y la conclusión es demoledora: el 56% de las bitácoras en inglés es spam. Destaca el caso de Blogger, que el año pasado alojaba la friolera de cien mil sitios de esta calaña.
Según David Sifry, fundador de Technorati, la perversa finalidad de los splogs es engañar a los buscadores. Pero al menos Technorati tiene controles, y cuando en poco tiempo se reciben miles de comentarios apuntando a una web, el sistema lo reconoce como spam.
El problema es que realizar splog sale tan barato como rentable: se trata de mezclar sistemas automatizados de recopilación de información con otros de publicación. Lógicamente, en las posiciones más destacadas del blog se muestran anuncios contextuales y de redes de afiliación, por lo que para el internauta es tarea ardua identificar si ve un anuncio o la información que quiere.
Los generadores de basura cuentan con otra táctica: usurpar webs abandonadas. En Blogger hay más de diez millones de bitácoras que han sido dejadas de la mano de sus creadores.
Esto permite a los spammers llenarlas de comentarios que enlazan hacia sus propios sitios… Y ahí ya no hay moderadores que filtren los mensajes. Estos tipos saben que estar bien colocados en Google, Yahoo y MSN implica ganar miles de dólares al mes; usan cientos de páginas que se entrelazan aumentando su popularidad en los buscadores y miles de comentarios en otros sitios que apuntan hacia sus webs.
Como los buscadores están empezando a detectar estas prácticas, los spammers han empezado a crear blogs con contenidos robados de otros sitios. En fin, la batalla contra ellos será larga y complicada.
Para terminar nos volvemos a hacer eco de Jeremy Jaynes, considerado como el octavo spammer más importante del mundo cuando fue detenido hace tres años y al que le ha sido ratificada la sentencia que le condenaba a nueve años de cárcel.
Jaynes enviaba más de 10 millones de correos basura diarios, lo que le reportaba la nada desdeñable cifra de 750.000 dólares de beneficios al mes.
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