Es sabido que los hombres proceden de Marte y las mujeres de Venus. Ahora, un estudio elaborado por la Universidad de Glamorgan, en el Reino Unido, extiende la clásica rivalidad de sexos al terreno de las páginas web. Según el estudio, hombres y mujeres se sienten atraídos por diferentes estilos de webs, hasta el punto que lo que llama la atención de un género puede provocar el rechazo del opuesto.
Los investigadores analizaron 60 webs creadas por estudiantes de la universidad (30 por cada género), fijándose en elementos como el diseño, el lenguaje o la navegación, para concluir que las divergencias se aprecian nítidamente. Para empezar, hombres y mujeres sienten preferencia por las páginas diseñadas por personas de su mismo sexo. Los investigadores constataron que los hombres se sentían más atraídos por las webs diseñadas por hombres, y las mujeres por las hechas por mujeres. Esta tendencia sería universal, ya que se observaron idénticas pautas en webs creadas por estudiantes de Polonia y Francia.
Las preferencias masculinas se decantan por un diseño con líneas rectas (en oposición a las formas redondeadas), pocos colores, tanto en el texto como en el fondo, y una tipografía sobria. En cuanto al lenguaje empleado, prefieren expresiones formales y concisas. Más petulantes, son más propensos a hablar de sí mismos y de sus habilidades. Como no podría ser de otra forma, las preferencias femeninas son totalmente opuestas.
Según la investigación, un repaso a 32 websites de universidades demuestra que el 94% presenta una orientación masculina y sólo un 2% se amolda a las preferencias femeninas, pese a que el público al que se dirigen está repartido equitativamente entre hombres y mujeres. Por lo visto, el sexismo no se limita a la apariencia, sino que está presente también en la elaboración de las webs de dichas universidades, ya que únicamente el 7% de las páginas son diseñadas por mujeres o por equipos femeninos, frente al 75% de las webs creadas por hombres.
Más allá del ámbito académico, también se analizaron las páginas de dos industrias tan teóricamente distantes como las de belleza y pesca, en principio dirigidas a públicos muy opuestos. Aquí deberían esperarse diseños contradictorios, adaptándose al público femenino y masculino respectivamente, aunque lo que sucede en realidad es que en los dos casos prevalece la estética masculina, por una sencilla razón: el 77% de las páginas de pesca están diseñadas por hombres, igual que el 78% de las páginas de belleza. Según Gloria Moss, responsable del proyecto, este hecho provoca que muchas webs pierdan efectividad, al no adaptarse a las preferencias de su público.
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