Si tantas noticias sobre guerra cibernética, ataques a gran escala y riesgos de seguridad no le dejan dormir por las noches, relájese porque aún no ha llegado el día en que un ataque informático acabe con la civilización tal y como la conocemos.
La OCDE ha analizado los riesgos de catástrofes que puedan causar problemas serios a nivel global, y ha decidido que la amenaza de la guerra cibernética se ha exagerado en gran parte, y no ha llegado al nivel de otros peligros como las epidemias o los desastres naturales.
"No nos hacemos un favor utilizando 'ciberguerra' para describir al espionaje o el bloqueo hacktivista o el asalto a páginas web, como se ha visto recientemente en relación a Wikileaks", dijo a la BBC el profesor Peter Sommer, coautor del informe.
El motivo por el que los ataques informáticos no son tan peligrosos, según la organización, es que sus efectos suelen ser breves y afectar sólo a unas pocas organizaciones. Sería necesario combinar dos "sucesos cibernéticos", o combinar varios de distinta naturaleza, para crear la "tormenta perfecta", añade el texto. Y de hecho, la Red tiene mucho que ofrecer cuando se trata de gestionar otra clase de desastres, algo que pudo comprobarse en los pasados terremotos en Chile y Haití.
Por otro lado, según los autores del texto, es improbable que se produzca una guerra puramente cibernética porque las partes afectadas acabarían recurriendo a otros métodos. Lo que tampoco es exactamente tranquilizador.
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