Especializarse en la producción de software es una alternativa que Irlanda, india e Israel (las 3 íes) han demostrado como una opción viable para impulsar una economía en recesión. Claro que aún siendo muchas las ventajas (ajuste a los requerimientos locales, efecto locomotriz para el resto de la economía, fomento de la innovación y la creatividad) también hay un lado oscuro: los beneficios se exportan a menudo a otros países, y la nueva industria sólo beneficia a un privilegiado grupo de escogidos.
Con todo, la concusión de este interesante debate es clara: aunque una industria especializada en la producción de software pueda contribuir mínimamente al crecimiento general de una economía, el ejemplo emblemático de Irlanda demuestra que al menos vale la pena intentarlo.
Noticias relacionadas
-
¿España?: El país de nadie es profeta en su tierra.
-
¿Será 2019 un buen año para vender tu empresa?
-
Por qué la experiencia del cliente se ha convertido en una prioridad para los CIOs