La Comisión Europea se fue ayer de vacaciones con una agenda repleta de asuntos que resolver a la vuelta. La Comisaría Europea de Telecomunicaciones, la holandesa Neelie Kroes, dejó planteadas cuestiones trascendentales, como la neutralidad de la Red o las tarifas de las llamadas internacionales.
Para empezar, la CE quiere acabar con las llamadas “bill shocks”, esas desorbitadas facturas que amargan la vuelta de las vacaciones a los turistas que se han conectado alegremente a Internet en un país diferente al suyo, o que no han parado de mandar a sus familiares las fotos tomadas con la cámara del móvil.
Para ello introducirá una serie de reformas legales que obligarán a los operadores móviles a explicar con detalle a sus clientes las tarifas que se les aplicarán por las llamadas o las conexiones a la Red cuando viajen a otro país.
Además, el cliente podrá establecer un tope máximo que desea gastar en conexiones, y la operadora deberá avisarle cuando llegue al 80%. Por defecto habrá un máximo de facturación de 50 euros, y la conexión se interrumpirá en cuanto el usuario la alcance.
Y es que tres años después de que se empezara a regular este asunto, la Comisión Europea considera que los operadores apuran todo lo que pueden los límites legales, cobrando a sus clientes el máximo que les permite la ley, además de perjudicar la competencia en el sector.
Según la Comisión, los clientes de la UE-27 pagan una media de 0,38 euros por minuto en concepto de roaming cuando hacen una llamada desde el extranjero, y 0,17 euros cuando la reciben. El máximo que permite la ley es de 0,43 y 0,19 euros, respectivamente para llamar y recibir llamadas. Desde hoy estas tarifas se rebajan a 39 y 15 céntimos. También se rebaja de 1 euro a 0,80 el precio de 1 MB de datos descargados
Al margen de esto, otro asunto que la CE dejó planteado es el debate sobre la neutralidad de la red. Igual que ya ha sucedido en países como Estados Unidos, Reino Unido o Canadá, se abre una consulta (documento en pdf) para escuchar la opinión de todas las partes implicadas en este complejo asunto, aunque Kroes dejó claro que en principio la UE es partidaria de mantener Internet como un espacio “abierto y neutral”.
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