Las compañías aéreas estadounidenses, que se habían mostrado reacias a bajar sus precios después de los atentados terroristas –optando por el contrario por una combinación de despidos y ayudas públicas, lo que ha despertado alguna que otra crítica–, al final han tenido que hincar la rodilla y ofrecer grandes descuentos con el fin de llenar unos aviones que vuelan vacíos.
Las rebajas en las tarifas están destinadas sobre todo a estimular el segmento de los viajes de negocios –los billetes más caros y los no sujetos a restricciones. Las tres primeras compañías en saltar a la palestra han sido United Airlines, American Airlines (con descuentos enfocados sobre todo al mercado local) y Continental Airlines. Delta, por su parte, prepara medidas comparables.
Y es que el tráfico aéreo ha descendido significativamente. American Airlines, que perdió dos aviones en los atentados terroristas, vio descender su tráfico en el mes de septiembre un 33,7% y la tasa de ocupación de los aviones de un 69,8% a un 59,6%. La compañía respondió a estas caídas eliminado un 20% de sus vuelos.
- En Silicon Valley
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