En Israel se ha formado un escándalo de aúpa. Dieciocho ejecutivos de las principales compañías del país han sido detenidos bajo la acusación de espionaje industrial (necesita registro) mediante software espía, fundamentalmente troyanos que introducían en los PC de sus competidores.
Se trata, entre otros, del canal de televisión por satélite Yes, que podría haber espiado a la cadena de televisión por cable HOT; las compañías de teléfono Pelephone y Cellcom, sospechosas de hacer lo propio con Partner, su mutuo rival; y Mayer, encargada de exportar a Israel vehículos Volvo y Honda que podría haber espiado a Champion Motors, exportadores de Audi y Volkswagen. Asimismo, han sido encontrados programas de espionaje en los ordenadores de compañías como Strauss-Elite, Shekem Electric y el diario económico Globes.
Pero el caso no ha terminado todavía, porque la policía investiga a otras empresas implicadas en el espionaje industrial y cuyos nombres se encuentran bajo secreto de sumario.
El programa permite al espía acceder a toda la información que pasa por el ordenador e incluso controlar sus actividades. Las sospechas de las fuerzas de seguridad se dirigen a tres agencias privadas de investigación. Todo comenzó en noviembre de 2004, cuando Amnon Jacont, escritor israelí, y su mujer, Varda Raziel-Jacont, denunciaron a la policía en Tel Aviv que alguien había entrado en sus PC y había robado información que después apareció en una web.
Los agentes concluyeron que se había utilizado un troyano creado por Michael Haephrati, pariente político de Raziel-Jacont. Haephrati vendió su programa a tres agencias privadas israelíes de investigación por unos 2.900 euros cada unidad, tras adaptarlas a las necesidades específicas de cada caso.
Según Arye Edelman, jefe de la unidad de fraude de Tel Aviv y encargado de la investigación, Haephrati introdujo su software bien por medio de mensajes electrónicos o bien mediante un disco en el que proponía un supuesto negocio. Tras investigaciones en varios servidores de FTP en Israel y EEUU, la policía ha descubierto decenas de miles de documentos que pertenecían a importantes compañías israelíes, muchos de ellos confidenciales.
Los antivirus no pueden detectar el software porque cada uno es único, y en la mayoría de los casos fueron introducidos inconscientemente por los propios empleados de las firmas afectadas. El espionaje se viene llevando a cabo desde por lo menos año y medio, y ninguna de las compañías era consciente de él hasta que fueron informadas del tema hace una semana. La semana pasada, la policía arrestó a Haephrati y su mujer Ruti en Londres por medio de la Interpol y los agentes londinenses, e Israel exige su extradición.
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