Continúan en EE.UU. los procesos que pondrán a prueba los límites de la controvertida Digital Millenium Copyright Act. En este caso, se trata de la demanda del fabricante de impresoras Lexmark contra Static Control Components, una pequeña empresa familiar que fabrica la tecnología necesaria para refabricar cartuchos de tóner para las impresoras del fabricante.
Lexmark incorpora en sus impresoras un sistema de autenticación que permite a la impresora asegurarse de que los cartuchos de tóner son originales del fabricante. Static Control Components ha realizado ingeniería inversa para desarrollar un chip denominado Smartek, que, incorporado a cartuchos de tóner refabricados, hace que la impresora "crea" que se le ha introducido un cartucho original.
Lexmark opina que esto viola el artículo 1201 de la DMCA, según el cual es ilícito circunvalar la tecnología que restringe el acceso a una obra protegida por copyright, o vender un dispositivo que permite hacerlo. Pero este artículo tiene excepciones que contemplan aplicaciones lícitas de esta conducta, como actividades policiales, investigación sobre cifrado, pruebas de seguridad e interoperabilidad.
Static Control se acoge a esta última excepción, que permite realizar ingeniería inversa "con el fin de permitir la interoperabilidad de un programa informático independiente con otros programas". De decantarse este proceso en favor de Lexmark, la industria de la refabricación de consumibles y componentes podría quedar fuertemente dañada. Según reza el informe interpuesto por Static Control, "uno podría imaginar, por ejemplo, un fabricante de automóviles aplicando medidas tecnológicas para impedir a la competencia en el mercado secundario que comercializara neumáticos de repuesto, escobillas para limpiaparabrisas u otras piezas; fabricantes de cámaras fotográficas intentando impedir que se puedan usar objetivos o películas fabricados por competidores; un fabricante de bolígrafos que utilice una medida tecnológica y un programa para impedir que se rellene la tinta; o un fabricante de móviles impidiendo que nadie fabrique baterías de repuesto para su marca".
Por otra parte, un directivo de Hewlett Packard criticó a Lexmark por invocar la DMCA para luchar contra el mercado de la refabricación de consumibles, arguyendo que no se trata de la herramienta jurídica adecuada. Según argumenta, la rentabilidad del negocio de los fabricantes de impresoras descansa en buena medida en el mercado de consumibles, y los fabricantes, en general, toman medidas para favorecer que se utilicen consumibles y repuestos originales. Sin embargo, en opinión del citado directivo, Lexmark podría estar llevando dichas medidas demasiado lejos, al pretender impedir por completo a sus usuarios que acudan a consumibles alternativos.
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