En los escaparates de las tiendas de informática y electrónica vemos los últimos y flamantes modelos de ordenadores. Podemos preguntar al vendedor más cercano cuál es la capacidad del disco duro o cuántas pulgadas mide la pantalla. Pero rara vez se nos ocurre pensar en que detrás de un flamante aparato se esconden historias de miseria y crueldad. Como la que ha desvelado la ONG National Labor Comité, que denuncia las inhumanas condiciones en la que trabajan los 2.000 obreros de una fábrica china que produce equipos electrónicos y periféricos para compañías como IBM, Microsoft, Dell, Lenovo y HP.
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