Lamentablemente parece que la idea de una Red categorizada en función de los ingresos de sus usuarios va tomando cuerpo. Los legisladores estadounidenses han rechazado el concepto de neutralidad de Internet en el debate de la ley de comunicaciones de aquel país.
El principio de neutralidad de Internet establecía que todos los sitios deben ser tratados de idéntica forma por los ISP. Pero en las últimas semanas se viene propagando por EEUU una línea de pensamiento en virtud de la cual empresas como Cisco, Verizon, Motorola o AT&T piden un mayor control de la Red, fijando distintas categorías de usuarios en función de los servicios que contraten.
El asunto es grave porque no se trata de una mayor o menor cantidad de ancho de banda, por ejemplo, sino del acceso al e-mail o a la VoIP. De prosperar todo esto, preparémonos: habrá una Internet veloz y otra lenta. Motorola ha llegado a decir que se necesita una vigilancia exhaustiva, no sea que a algún usuario se le proporcione una capacidad tecnológica un poquitín mayor de la que paga. Cicatería total.
Lo cierto es que los proveedores de servicios necesitan a los fabricantes de contenidos, y viceversa, de modo que a ver si se llega a acuerdos razonables para que, como suele ocurrir, no seamos los consumidores los que paguemos el pato.
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