Con titulares como \”El N8 salvará a Nokia\”, \”llegan (muy) tarde\” o \”nuevos smartphones para recuperarse\”, un clima de expectación (con un toque de curiosidad morbosa) planea sobre los nuevos teléfonos inteligentes de Nokia.
Las críticas no son malas, la opinión de los mercados tampoco, pero en el sector se aprecia un cierto pesimismo de fondo.
El caso es que los dispositivos ni siquiera se han presentado aún. Con el N8 y el E7, la compañía finlandesa quiere recuperar su gloria y ganarse un hueco en el mercado de los teléfonos inteligentes, donde ha perdido mucho terreno ante rivales como el iPhone, las BlackBerry o la avalancha de modelos Android fabricados por distintas marcas.
De hecho, algo que ha recibido casi tanta atención como los cacharros en sí es la campaña que han lanzado con Pamela Anderson, prometiendo que un fan de Nokia podrá protagonizar un corto con la neumática actriz, o con el actor de Gossip Girl Ed Westwick.
Tampoco es como si Nokia se hubiera dormido en los laureles. En los últimos meses ha anunciado su apuesta por el sistema operativo MeeGo, en lugar de Symbian, y se ha rumoreado que están buscando un nuevo consejero delegado. Pero sencillamente, parece que no están apostando a los caballos ganadores.
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