Superada ya la conmoción que apuso la aparición de YouTube y a la aportación de los contenidos generados por los usuarios, el siguiente paso del vídeo en la Red parece ser las retransmisiones en directo. La tecnología y los precios hacen cada vez más posible que particulares, instituciones o corporaciones puedan montar su propio canal en Internet, de modo que los contenidos se democratizan (“ya no necesitas que vengan los de la tele para retransmitir la corrida de toros de tu pueblo”, señala Gonzalo Martín) y se suprimen los intermediarios tradicionales. Hay además otras ventajas: se amplían los contenidos y las audiencias, se potencia la interactividad y la conversación audiovisual, y el espectador configura su propia parrilla.
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