Nada, que no nos libramos de la brasa de El Código Da Vinci. Por si no fuera suficiente con que semejante bodrio literario haya arrasado en las listas de ventas de todo el mundo, con que la película que se estrenará el próximo mes probablemente se convierta en una de los \”taquillazos\” del año, y -lo que es un claro síntoma de los tiempos en que vivimos- con que muchos de sus lectores acepten como verídica una historia que es pura ficción y sin ningún sustrato científico, ahora resulta que el juez que ha dirimido la demanda contra Dan Brown por presunto plagio también se apunta a la moda de los criptogramas. El magistrado Peter Smith, no sabemos si con ánimo socarrón o porque nos encontramos ante otro innovador experimento de marketing, ha introducido este supuesto mensaje cifrado en la sentencia del caso: smithcodeJaeiextostpsacgreamqwfkadpmqz. Ya los hay que intentan descubrir su significado. Lo peor que podría pasarnos es que para ello hubiera que leer la segunda parte del libro. Más
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