Hay muchos factores estresantes en la vida moderna, y navegar por Internet también puede ser uno de ellos. Páginas que tardan una eternidad en cargarse, diseños encargados al sobrino que hizo un curso de HTML, formularios que piden hasta la talla de ropa interior, procesos de compra en los que nos perdemos y no sabemos si hemos encargado un jamón o tres jarrones… Todo ello puede causar estrés web, que afortunadamente, suele ser pasajero.
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