Ahora que los usuarios de a pie, los Juan Nadie de la Red, habían encontrado un lugar donde ellos son los que deciden qué se lee, donde no mandan los consejos editoriales, los compromisos publicitarios o los códigos deontológicos, donde se podía plantear un tema cualquiera para que la mayoría democrática decida si es de interés o no, donde, en definitiva, se habían empezado a borrar las fronteras tradicionales del control mediático…
Ante la publicación en Digg.com del código que permite descifrar la protección de los discos HD DVD, los responsables de esta popular web social (un millón de usuarios en EEUU) se vieron en la coyuntura de optar entre permitir que dicha información se difundiera libremente, o eliminarla para evitarse complicaciones legales. En un principio optaron por la segunda opción, pero ante la avalancha de críticas y protestas de sus usuarios, decidieron mantener la información, aferrándose a la idea de que si Digg es algo, es gracias a sus usuarios. Como explica Kevin Rose, fundador de Digg:
“Vosotros preferís ver a Digg hundirse luchando que bajar la cabeza ante una gran compañía. Os escuchamos, y como efecto inmediato no borraremos historias o comentarios relacionados con el código, y nos enfrentaremos con cuales sean las consecuencias”
Veremos en qué termina la cosa. Por el momento, alabemos la valentía.
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