Tener una página web no siempre significa que detrás haya un negocio, por muy “apañada” que resulte la fachada que representa dicha web. Y es que como comenta Óscar Sánchez en este artículo, a estas alturas de la película todavía hay empresas que cuidan muchos aspectos visuales de la web, pero que olvidan lo más importante: aclarar de dónde obtendrán sus ingresos. Sánchez desvela como clave el concepto de transaccionabilidad: la capacidad de generar valor añadido a partir del movimiento de los usuarios de la web.
Noticias relacionadas
-
¿España?: El país de nadie es profeta en su tierra.
-
¿Será 2019 un buen año para vender tu empresa?
-
Por qué la experiencia del cliente se ha convertido en una prioridad para los CIOs