La compañía canadiense Nortel Networks, primer proveedor mundial de redes de fibra óptica del mundo, ha anunciado que espera unas pérdidas mucho mayores de las previstas para el segundo trimestre, y que añadirá otros 10.000 nombres a su larga lista de despedidos, que ya sumaba 20.000.
El fabricante de equipos de telecomunicaciones prevé anunciar unas pérdidas operativas de 48 centavos por acción (19.200 millones de dólares), sobre unos ingresos de 4.500 millones de dólares. Las anteriores estimaciones apuntaban a unas ventas de 6.220 millones de dólares y unas pérdidas de 6 centavos por acción.
La desacelaración económica, que ha provocado un descenso progresivo de las ventas, unida al aumento de la competencia en el sector de fibra óptica han llevado a Nortel a tomar una medida desesperada tras otra desde comienzos de año. Ya en enero anunció que eliminaría 4.000 empleos de las áreas menos rentables; en febrero rebajó previsiones de crecimiento, se hundió en bolsa y anunció 6.000 bajas más; poco después realizó una nueva revisión a la baja y tachó a otros 5.000 nombres de su plantilla, a los que pronto se unirían otros 5.000.
La compañía, que espera hacer efectivo el recorte de los 20.000 puestos en este trimestre, espera ahorrar 875 millones de dólares que se reflejarán en sus resultados del tercer trimestre. Además, Nortel ha anunciado que aparca el reparto de dividendos, medida que en Wall Street significa un claro signo de colapso financiero.
Nortel espera que el camino de espinas termine hacia la segunda mitad de 2002.
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