Un congresista de EEUU, Edward Markey, está empeñado en averiguar si los usuarios de reproductores portátiles de música como el iPod pueden llegar a quedarse sordos. El tema no es nuevo (en nuestras páginas ya nos hemos hecho eco de él en alguna ocasión), sino tan recurrente como la sospecha de que las antenas de telefonía móvil -o el propio uso de los celulares- puedan provocar cáncer.
Expertos en audiología de la Universidad de Northwestern (EEUU) atribuyen el aumento de la sordera entre los jóvenes al uso frecuente, y generalmente a todo volumen, de estos aparatos. Los auriculares de botón, además de colocarse directamente en el pabellón auditivo, pueden aumentar la señal hasta los 6 ó 9 decibelios.
Al contrario que los modelos más antiguos de cascos, con almohadillas y diadema de sujeción (mucho más recomendables pese a ser menos estéticos y no estar de moda), los actuales auriculares apenas aíslan el ruido exterior, provocando que la persona tienda a subir cada vez más el volumen con las consiguientes repercusiones para el oído.
Otra manera de evitar daños irreparables consiste en limitar el tiempo de escucha de estos aparatos. La solución está en no oírlos durante más de una hora al día y hacerlo a un volumen por debajo del 60% del máximo posible.
Los músicos tienen mucho que decir al respecto, y algunos de ellos no precisamente en positivo. Phil Collins, de 54 años, ha perdido un 60% de la audición, mientras que la rapera estadounidense Foxy Brown va a someterse a una operación tras haber quedado casi totalmente sorda.
Por su parte, Pete Townshed, guitarrista y líder del mítico grupo británico The Who, de 60 años, confiesa que se ha visto obligado a suspender últimamente sesiones de grabación por los problemas de audición, atribuyéndolos no al volumen excesivo de los conciertos con su grupo en los años 80, sino a los sonidos emitidos por los audífonos en el estudio de grabación.
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