No es lógico, ni rentable, ni positivo, que Internet y la televisión se demuestren esa mutua indiferencia. ¿Cómo se explica, si no, que compañías relevantes en el campo tecnológico (cualquier empresa, en realidad) se abstengan de colocar en los anuncios televisivos sus direcciones web?
Y a las que sí lo hacen parece que les diera vergüenza: de forma rápida, en apenas unos segundos, de manera escondida y pequeña en muchos de los casos… ¿Qué ocurre, señores? ¡Pongan sus URLs! ¡Si es por su bien!
El día que a una compañía se le ocurra destinar su partida publicitaria para TV a llenar la Red de anuncios, el mercado dará un vuelco. Y si no, al tiempo. Más
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