Quizá la mayor decepción del usuario que estrena su primer smartphone de pantalla táctil es comprobar que nunca volverá a tener la pantalla tan limpia como el día que sacó el aparatito de la caja. Y la cuestión no es sólo de desilusión estética, sino de preocupación de seguridad.
Al fin y al cabo, los teléfonos inteligentes son ordenadores por derecho propio, con tanta o más información que el portátil medio. No se trata sólo de que nos puedan robar el dispositivo, sino de los datos que hay dentro y lo que se puede hacer con ellos, empezando por el acceso a las cuentas de correo y redes sociales y terminando por documentos o archivos guardados.
Por si piensa que todo esto es una de esas paranoias tecnológicas, hay un estudio que confirma esta amenaza, y que confirmó que en el 68 por ciento de los casos, basta con tomar unas cuantas fotos, con diferentes condiciones lumínicas y ángulos de cámara, para identificar las huellas en la pantalla. En un 92 por ciento de los casos identificaron al menos parte de la contraseña.
Los investigadores de Pennsilvania utilizaron dos teléfonos Android, el HTC G1 y el HTC Nexus One. Es probable que esta situación se traslade a otros modelos de otras marcas, con otros sistemas operativos, pero los modelos de Android tienen la complicación añadida de que la contraseña es un diseño conectando varios puntos, sin levantar el dedo de la pantalla, así que las manchas indican incluso el orden en el que se pulsan, a diferencia de las contraseñas habituales, donde la imagen de la pantalla no revela de primeras el orden de los caracteres o cuántas veces se han pulsado.
Noticias relacionadas
-
¿España?: El país de nadie es profeta en su tierra.
-
¿Será 2019 un buen año para vender tu empresa?
-
Por qué la experiencia del cliente se ha convertido en una prioridad para los CIOs