En este evento Panasonic tiene previsto presentar toda una serie de nuevos cacharros que pronto podremos ver en las tiendas: videocámaras digitales, pantallas de plasma, una webcam con reconocimiento de iris y un móvil con cámara fotográfica, que seguro pondrán los dientes largos a los visitantes.
BM-ET100E Biometría al poder
La seguridad está de moda, y lo que es más, en algunos ocasiones incluso es necesaria. Para cualquiera de esos casos Panasonic va a mostrar en el Simo su nueva M-ET100E, la primera webcam de esta compañía con sistema de identificación de iris, es decir, que registra una fotografía de identificación del iris que compara en dos segundos con el patrón de iris (único, como las huellas digitales) que tienen grabado en su base de datos.
Si alguien quiere acceder a un ordenador equipado con este chisme, debe mirarlo a una distancia de unos 50 centímetros. Pensado especialmente para portátiles que albergan información delicada, también integra una segunda cámara CCD para realizar videoconferencias y grabar fragmentos de vídeo en color en 640 x 480 píxeles con una resolución horizontal de 380 líneas.
Aunque no haga la más mínima falta emplear este cacharro, que pesa 160 gramos y cuesta 295 euros, para evitar que los intrusos accedan a la computadora, cualquier aficionado a los gadgets se lo pasará como un enano presumiendo de este adminículo.
De todas formas, no habría que olvidar que los habitantes del mundo plasmado en Minority Report empezaron con cacharros como este… y en algunos casos no resultaba demasiado agradable poder ser identificado tan fácil y rápidamente.
NV-MX500, así hubiera querido empezar Spielberg
Panasonic NV-MX500, se trata de una de las videocámaras digitales más atractivas del mercado para los consumidores domésticos más exigentes. Está dotada con una pantalla de cristal líquido de 3,5 pulgadas, un sistema de 3CCD, de 1,2 megapixeles cada uno y con capacidad para grabar imágenes fijas de 3 megapixeles.
Incorpora el sistema Mega OIS para eliminar vibraciones y con la óptica Leica Dicomar, un zoom óptico de 10x y electrónico de 500x y cuatro micrófonos compactos ECM, y un flash que se levanta de manera automática. Además, permite la transferencia inalámbrica merced a la cada vez más ubicua tecnología Blue Tooth. un puerto USB (que permite usar la NV–Mx500 como webcam) 2.499 euros.
Marchando cuatro nuevas pantallas de plasma
Y para contemplar lo grabado, nada mejor que las espectaculares pantallas de plasma pensados para exprimir la capacidad que puedan ofrecer reproductores de DVDs, consolas y computadoras personales que presentará Panasonic, equipadas con intensificador de brillo (Advanced Plasma AI) y el sistema Real Black Drive, que mejora el contraste y reproduce mejor los negros.
Hay cuatro modelos en esta nueva generación de pantallas de plasma, con tres tamaños distintos pero todos gigantescos. Dos de definición estándar en 37 y 42 pulgadas, y dos de alta definición, en 42 y 50 pulgadas. Los nombres, totalmente impronunciables, son TH-37PW5EX y TH-42PW5EX en el caso de la serie de definición estándar, y TH-42PHW5EX y TH-50PHW5EX para los dos de alta definición.
Todos tienen una elegante apariencia élfica (por lo etérea y plateada) y pueden acompañarse de soportes para pared y altavoces estéreo independientes. Eso sí, no son un capricho nada barato, su precio oscila entre los 6.365 y los 15.000 euros.
GD87, a todo color, y a toda máquina
Y por último, el que desde Panasonic han denominado como su producto estrella: el teléfono con prestaciones de cámara digital GD87. Por cierto, que ya podrían haberse buscado un nombre algo más imaginativo. Patrullero Gadget reivindica desde aquí que los fabricantes pongan nombres más sugerentes a los celulares.
¿Porqué los coches se llaman cosas como Focus, Voyager, Picasso, Celica, Neon, Fusion o Golf, pero los móviles no son más que un galimatías de números y letras en la mayor parte de los casos? Que sigan el ejemplo de Palm, cuyas nuevas familias de PDAs llevarán los apellidos Zire y Tungsten, en lugar de M100 o M500.
Regresando al Panasonic GD87. Se trata de un teléfono tribanda, GPRS y WAP, y con la función SyncML integrada, que permite sincronizar el teléfono con la computadora o la PDA. Además cuenta con una pantalla de cristal líquida de 132 x 176 pixeles que muestra 65.000 colores, melodías polifónicas y un diseño muy atrayente que destaca por incluir una pantalla externa que evita que se tenga que abrir el teléfono para contestar.
Pero pese a ser de por sí un celular estupendo, su principal característica es que es al mismo tiempo cámara digital, con la que se pueden relacionar imágenes a la agenda del teléfono, envías fotografías mediante mensajería multimedia (MMS) o por correo electrónico, y poner la foto que se desee como fondo de pantalla. Su precio recomendado es de 490 euros.
Pero no sólo de Simo vive el aficionado a los gadgets. Fuera de nuestras fronteras se siguen cociendo cacharros interesantes, y uno de los que ha llegado recientemente es una PDA con aire retro adornada con el bonito nombre de Dana.
Dana de AlphaSmart,
Parece una calculadora de tiempos remotos, pero no tiene nada que ver. Dana es, según sus creadores, una alternativa a un portátil asequible para todos los bolsillos que combina la comodidad de una PDA con la comodidad de uso de una computadora portátil.
Por 399 dólares, AlphaSmart ofrece un cacharro que emplea el sistema operativo Palm OS y que permite disfrutar de más de 10.000 aplicaciones Palm en una pantalla 3,5 veces más grande que la que suelen tener las PDAs. Lastima que sea en blanco y negro. ¿Para cuándo una Dana a todo color?
Pesa casi un kilo y tiene 5 centímetros de fondo, más de 31 de ancho y unos 23,5 de alto. Cuenta con 8MB de memoria e incluye AlphaWord, un procesador de textos con diccionario y corrector ortográfico que es compatible con Word de Microsoft.
Ideal para aquellos que quieran una handheld con galones, pero no sean capaces de bregar con el puntero (aunque Dana también lo tiene) y el extraño alfabeto de estas máquinas. Abstenerse todos los que deseen una máquina con las prestaciones normales de una computadora y los gadgetófilos de dedos gordos.
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