Hay muchas interpretaciones acerca de la crisis del Partido Popular. Una de ellas sostiene que lo que se está dirimiendo en realidad en Génova 13, más allá de las ideologías políticas, es una lucha de poder: los jerarcas se aferran a sus posiciones, cerrando el paso a los que intentan moverles la silla.
Algo parecido sucede en muchas empresas, como nos cuenta Óscar Sánchez en este artículo: los directivos tapan las oportunidades al talento, en una actitud defensiva para mantener su posición y poder. Las consecuencias son una estructura jerárquica con forma de pirámide invertida, y mucha frustración entre los que ven cerrada la posibilidad de promocionarse.
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