Porque los tiempos están cambiando…

Confesémoslo: todos hemos tarareado ya el estribillo compuesto por El Koala. Sí, ese “Opá, yo viasé un corrá” que ha logrado en poco tiempo una popularidad que no se recordaba desde los tiempos del Aserejé. Y es que Internet ha demostrado que no sólo es un reducto bajo el que se cobijan piratas y delincuentes que se saltan a la torera los derechos de autor y comparten sus archivos musicales. No, también es un medio que abre una forma alternativa de promocionar la cultura, permitiendo que sea el criterio de los propios usuarios el que aúpe al estrellato (más o menos duradero) a uno u otro artista. Que se lo pregunten al grupo Urban Castle Magic, que ha pasado del completo anonimato a firmar una gira de seis conciertos en China y ser el primer conjunto rockero español en tocar en ese país, gracias a la popularidad lograda con las descargas copyleft de sus canciones en la Red.
Y es que cada vez es más difícil colarle al consumidor que tiene que pagar 18 euros por adquirir un producto cultural que se podría distribuir a un precio mucho más razonable. O dicho de otra forma: que los intermediarios deben ser conscientes de que el consumidor no se chupa el dedo, y que no está dispuesto a seguir pasando por el aro de los modelos tradicionales de acceso a la cultura. Algunos, como Napster y Warner, parece que sí están aprendiendo la lección (como ya hiciera antes Disney), y anuncian nuevos planes de distribución. Que vaya tomando nota el resto. Más


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