El problema de la congestión de las redes que suministran acceso a Internet no es nuevo. La proliferación de contenidos de alta intensidad (especialmente vídeos) y la descarga de archivos en las redes P2P puede provocar que unos pocos saturen la capacidad de una infraestructura pensada y diseñada para transportes más livianos. Las soluciones que se manejan para aliviar este problema no gustan a nadie, especialmente a los usuarios, que o bien empiezan a ver limitado su ancho de banda (pese a que la mayoría de los operadores ofrecen en sus contratos capacidad ilimitada), o bien acabarán pagando más, en función de los MBs descargados al mes.
El problema podría aliviarse de la mano de las tecnologías inalámbricas o de la mega banda ancha (con capacidad de descarga de hasta 100 MBs), pero tampoco parece que muchas operadoras estén por la labor de acometer grandes inversiones en renovar sus iunfraestructiras.
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