Parece que a nadie se le había ocurrido crear una gran biblioteca universal accesible a través de Internet hasta que Google tuvo la idea de hacerlo, o sólo se había hecho algún intento chapucero y a medio gas. Al arrancar el proyecto de escaneado y digitalización de libros de Google Books, algunos se han dado cuenta de que tenían en casa un patrimonio tan rico como inutilizado, y les ha entrado el orgullo patrio ante el “atrevimiento” de la compañía californiana por asignarse esa misión.
Ya sabemos que el gobierno de Sarkozy preguntó recientemente a sus ciudadanos qué entienden por ser francés. ¿Será una de sus señas de identidad que tenga que venir Google a refrescarles su patrimonio cultural?
Noticias relacionadas
-
¿España?: El país de nadie es profeta en su tierra.
-
¿Será 2019 un buen año para vender tu empresa?
-
Por qué la experiencia del cliente se ha convertido en una prioridad para los CIOs