Hace apenas una semana, concretamente el pasado 4 de agosto, Apple estrenó la versión japonesa de su exitosa tienda de venta de música online, iTunes. El lanzamiento resultó pletórico: en los cuatro primeros días llegaron a venderse un millón de canciones, a precios que oscilan entre 150 y 200 yenes (1,3 y 1,7 dólares) por unidad, lo que supone la acogida más espectacular hasta la fecha de este servicio.
Parece que nadie quiere quedarse fuera de un fenómeno que ha arrasado en todos los países por los que ha pasado, y algunos artistas japoneses no dudan en rebelarse contra sus casas discográficas con tal de conseguir presencia en tan solicitado escaparate. El problema es que numerosas discográficas no han alcanzado todavía un acuerdo con Apple para la comercialización de sus títulos en iTunes. Especialmente Sony, que tiene un amplio catálogo de artistas y su propio servicio de descargas online, hasta ahora el más popular en el país oriental con alrededor de 450.000 descargas mensuales.
Pero los músicos con contrato en Sony parecen impacientarse, y quieren que sus canciones estén cuanto antes en iTunes, para lo que algunos no dudan en rebelarse contra la multinacional. El cabecilla de la revuelta es Motoharu Sano, que ya ha colgado algunos de sus títulos en iTunes por su cuenta y resigo. Sano argumenta que la libertad individual de cada persona determina en qué lugar prefiere escuchar música, y que su intención no es otra que llevar sus creaciones allí donde está el público. De momento, Sonu es el único que se ha atrevido a hacer caso omiso a su contrato con Sony y pasarse al enemigo, aunque otros podrían seguir su ejemplo.
Lógicamente, Sony tratará de conservar su mercado y no ceder posiciones ante su mayor amenaza y competidor. Ambas compañías afirman haber iniciado conversaciones para llegar a algún entendimiento, pero de momento la negociación se encuentra en punto muerto.
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