Seguro que esta semana ha supuesto una cura de humildad para Microsoft, pillada en un doble renuncio: primero la acusaron de plagiar software (¡el mayor fabricante del mundo copiando a una modesta start-up!), acusación admitida y reconocida. Segundo, dio su brazo a torcer ante las autoridades antimonopolio de la UE: no obligará a los usuarios europeos de Windows a utilizar Explorer como navegador predeterminado.
Noticias relacionadas
-
¿España?: El país de nadie es profeta en su tierra.
-
¿Será 2019 un buen año para vender tu empresa?
-
Por qué la experiencia del cliente se ha convertido en una prioridad para los CIOs