El último informe (pdf) acerca de la medida de la innovación en la UE deja a España, como ya es costumbre, tan malparada como en la votación del último Festival de Eurovisión: si hace tiempo que nuestras tonadillas no consiguen encandilar el oído de los vecinos europeos, tampoco nuestros negocios parecen atraer la atención de los inversores. En la clasificación de implantación del ingrediente fundamental para el avance tecnológico, la innovación (medida en gasto en I+D en las empresas, número de patentes, empresas innovadoras en sus respectivos sectores e ingresos derivados de las novedades), nos hemos acomodado definitivamente en la cola del pelotón, a rueda de los que tiran del carro del progreso y con la eterna esperanza de pegar un arreón que nos haga avanzar algún puesto para llegar al menos a media tabla, aunque a la hora de la verdad no soltemos el falorillo rojo ni a la de tres. Más que solucionar este mal de profundas raíces, los sucesivos gobiernos están especializados en la aplicación de parches para disimular tal o cual desconchado, que para remate de ineficiencia suelen llegar tarde y desfasados. Como denuncia Antonio Mas en este artículo, el Ministerio de Industria y la entidad Red.es han tardado más de 12 meses (o una cuarta parte de la legislatura) en presentar los borradores de sus diagnósticos y propuestas para incentivar el uso de Internet y las nuevas tecnologías en España. Echen cuentas: otro año para elaborar el texto definitivo, seis meses más para su aprobación parlamentaria y otro medio año para la puesta en marcha de las medidas. Lo que se dice un plan de choque, vaya: medidas-relámpago para espolear nuestra adormilada veta innovadora. Y lo peor es que los contenidos de las propuestas, centradas en el usuario particular y las empresas, suenan a más de lo mismo. Así que si todo va bien, dentro de tres años estaremos en las de siempre: lo nuevo nos sonará a chino, al tiempo que estrenamos con orgullo lo viejo. El propio Antonio Mas exponía en Baquia hace más de dos años una serie de ideas y recomendaciones para revitalizar el sector después del extinto Plan Info XXI… Y oigan, no es porque viera la luz en esta casa, pero aquello sonaba mucho más sensato y completo que las descafeinadas propuestas ministeriales. ¿Será un problema de saber elegir a los consejeros? >> Leer
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2.- Las mascotas del software libre |
Google y la guerra de los portales Google va a romper con su actual diseño, claro y limpio. Después de juntar un buen puñado de servicios propios, como Gmail, Google Maps, grupos de noticias o redes sociales, ahora va a permitir personalizar la web con Google Fusion (versión en pruebas). Para los expertos, estamos ante la entrada del buscador en la guerra de los portales. En esencia, se trata de permitir al usuario colocar en módulos, debajo de la barra de búsquedas, los servicios ofrecidos por el buscador que más le plazcan. Google intenta así recortar la distancia que le sacan Yahoo y MSN, que desde hace años permiten a los internautas personalizar el contenido de las páginas principales de sus portales. Estamos por tanto ante un nuevo capítulo de la áspera batalla que libran los tres colosos por acaparar el tráfico de la Red. Ahora, Fusion supone todo un desafío para Yahoo y su página personalizada -26 millones de usuarios en EEUU de MyYahoo; 10 millones para MyMSN-. En fin, que cada vez queda menos de aquella startup cuyos fundadores se afanaban en sacar adelante desde un garaje. Adiós al minimalismo, en todos los sentidos (aunque los amantes de la sencillez del modelo clásico, los usuarios más conservadores, siempre pueden optar por quedarse como están). Lo cierto es que el asunto se parece demasiado a MyYahoo como para hacer caso a la recomendación de Google de no establecer comparaciones. Normal; viendo que casi la cuarta parte de los usuarios de Yahoo utiliza la home personalizada… Y, sobre todo, sabiendo que las ganancias por publicidad de Yahoo y Microsoft son bastante más elevadas que las de Google. Más. - Greenpeace lanza una cruzada contra la ciberbasura
A nadie escapa que la cantidad de residuos electrónicos que generamos es cada día más insoportable. Por ello, Greenpeace se ha embarcado en una cruzada contra la ciberbasura, que ahora parece que amenaza principalmente a China. La organización elogia a Samsung, Nokia, Sony y Sony Ericsson, que han dejado de utilizar determinados productos altamente tóxicos, pero denuncia en su lista negra a HP, Apple, Dell, Fujitsu-Siemens, IBM, LG, Motorola, Panasonic y Toshiba, Aunque los últimos estudios nos dicen que podemos vivir tranquilos, lo cierto es que los PCs, los móviles y otros aparatos electrónicos contienen hasta un 30% de compuestos ignífugos elaborados con bromo (BFR, Brominated Flame Retardants), que según Greenpeace es neurotóxico y produce disfunciones de la memoria, la tiroides y los sistemas hormonales tras una larga exposición. Son ya varios los grupos y organizaciones que, por unas u otras razones, participan en la reutilización de ordenadores: Fundación Bip Bip, Telecomunicaciones Solidarias (TESO) o Lowtech, por poner sólo algunos ejemplos. A ver si cunde el ejemplo.Más - Aproveche y compre dominios .es…
… Que están baratos. Porque las tasas de los dominios nacionales bajarán notablemente a partir del próximo mes de junio, como ya les adelantamos en su día. La rebaja será de al menos un 70%, y puede alcanzar nada menos que un 92%.. De los 90 euros anuales que cuesta ahora mantener un .es se pasará a sólo 27, y si la operación se realiza a través de agentes registradores, como Arrakis o Auna, el ahorro es todavía más notable, de 51 euros a 4. Y es que el Ministerio de Industria, Turismo y Trabajo se ha propuesto estimular a toda costa el uso del .es (que actualmente tiene una relevancia escasísima, apenas 90.000 pírricos registros frente a los más de 8,5 millones \”.de\” en Alemania o los 6,5 millones de \”.co.uk\” del Reino Unido, por citar dos ejemplos) entre ciudadanos y pymes españolas como seña de identidad en Internet. En realidad, se trata de descongestionar al Ministerio, porque lo que no es de recibo es que para hacerse con un .com se tarden tres días, un suponer, y para adquirir un .es nada menos que hasta cinco meses. ¡País! Más |