Si alguien nos dice que pensemos en Silicon Valley, seguramente nos vendrán a la cabeza imágenes de empresas punteras, trabajadores que juegan al futbolín para combatir el estrés, startups que crecen hasta debajo de las piedras, vanguardia, innovación, glamour… Pero cuidado, porque todo eso pueden ser tópicos o conceptos que han quedado atrás, ya que la situación real es mucho menos envidiable.
Sí, allí están Apple, Facebook y Google deslumbrándonos con sus productos, pero también miles de trabajadores en paro, empresas en quiebra, inversores que no invierten y un gobierno federal en bancarrota. Es el Sillicon Valley que muestra un estudio elaborado por dos organizaciones sin ánimo de lucro, pero con ánimo de llamar a las cosas por su nombre.
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