En un intento vano por sujetar el agua que se les escapa entre los dedos, la poderosa RIAA (Recording Industry Association of America, la asociación que agrupa a las distribuidoras de música en los EEUU) está dispuesta a poner pleitos hasta al lucero del alba.
En un artículo de la revista alemana Der Spiegel nos trasladan las afirmaciones de Cary Sherman, director de la A>sociación. Según Sherman, \”hacemos responsables a los sitios no autorizados de descarga de música por Internet, como Kazaa o Morpheus, y a todos cuantos intercambian música por el método de peer-to-peer, de la pérdida de facturación de toda la industria musical\”. Ahí es nada.
Además, sigue amenazando Sherman, \”vamos a empezar a recopilar nombres de usuarios y sitios de descarga e interponer pleitos, por sumas importantes, a todos ellos\”. La sarta de amenazas del máximo representante de la industria continúa con \”cualquier usuario individual que siga descargando música de forma ilegal y la ofrezca a millones de usuarios adicionales, se arriesga a un pleito con cifras importantes como resultado\”. De hecho, según Sherman, existe ya una lista de usuarios intensivos que van a recibir una citación judicial reclamándoles 150.000 dólares.
Está claro que la RIAA va en serio y no está dispuesta a ver como unos aficionados les cierran el chiringuito. Sin embargo, en nuestra opinión, está adoptando una actitud errónea. De momento, lugares de pago como iTunes en EE.UU. (de Apple) o Popfile.de en Alemania (de Universal), en los que se puede comprar por 0,99 dólares cada camción, están teniendo un éxito inesperado, demostrando que sí hay gente dispuesta a pagar por la música, pero que la quieren por Internet y a mejores precios.
Si en lugar de ir contra todos a diestro y siniestro la industria musical hubiera negociado con los portales de P2P y diseñado un modelo de negocio -gratuito en su casi totalidad- para ellos -quizás con una cierta rebaja de la calidad del sonido o contraprestación similar-, hoy no se verían contra las cuerdas.
Es difícil entender los modelos de negocio que empiezan regalando mucho y pidiendo poco a cambio pero, como está probando Amazon, son la claves del éxito en Internet. ¿O prefiere la industria musical terminar con millones de pleitos con sus mejores clientes potenciales?
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