La tecnología avanza mucho más rápido de lo que la mayoría de los políticos españoles puede digerir. Cuando hacía no tanto que los partidos estrenaban sus páginas web, resulta que ya había que ponerse al día en eso de los blogs; y cuando los más osados presumían de mantener una bitácora online, ahora resulta que lo que hay que hacer es crearse un perfil en una red social. Pues hale, ¡a lanzarse a la Web 2.0! Aunque no se tenga ni la más remota idea de qué es eso de Facebook, o aunque la lista de amigos en MySpace se limite al omnipresente Tom. El caso es estar allí, aunque no se sepa muy bien para qué.
– Será porque piensan que les va a dar votos.
– Pues será eso, porque otra cosa…
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