British Telecom está abocada a quedar reducida a la mínima expresión. Si el pasado fin de semana la operadora británica anunciaba la venta de Yell, su filial de páginas amarillas, a los fondos Apax e Hicks, Muse y Tate & Furst por 2.140 millones de libras, ahora sus inversores le reclaman nuevas ventas. El motivo: acabar con la ingente deuda que contrajo el pasado año para hacerse con un puñado de licencias de telefonía UMTS en Europa y que han dejado exhaustas sus arcas. En concreto los números rojos ascienden a 7,7 billones de pesetas y le han costado a la empresa una fuerte caída en bolsa y la devaluación de sus ratings.
De momento, parece que la próxima candidata a venta es el 26% que BT tiene en la operadora francesa Cegetel. Los fondos de inversión que asisten al road-show internacional que está haciendo BT para su macroampliación de capital creen que esta venta es imprescindible para el futuro de la compañía.
- En Cinco Días
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