El chupete que no es sólo lo que parece
Philips es una empresa preocupada desde hace tiempo por aplicar la electrónica al cuidado de los infantes más tiernos. \”Electrónica suave\” la llama. Esta compañía inició su gama de dispositivos para bebés en 2000 con un el calienta-biberones y un esterilizador de lo más sofisticado.
Quizás uno de los productos más llamativos y útiles para los recién nacidos sea el chupete termómetro. La idea es muy buena: los bebés suelen rechazar los fríos y angulosos termómetros tradicionales, pero si el termómetro tuviera la apariencia de un chupete, sería mucho más fácil tomarles la temperatura.
En septiembre de 2001 Philips comenzó a distribuir un chupete que encierra en el interior un termómetro. Está confeccionado con silicona y dispone de un soporte perforado para no irritar la piel. Se vende en una colorida caja en la que también se incluye un chupete convencional y un termómetro digital de punta flexible. Todo el paquete, llamado SBC SC530, se puede encontrar por poco más de 30 euros.
SBS SC150 y SBC SC475 de Philips
También de Philips destacan un monitor digital llamado SBC SC475 y un reproductor/interfono para la cuna que la compañía bautizó como SBS SC150.
El monitor SBC SC475, que emplea la tecnología digital DECT para eliminar cualquier tipo de interferencia procedente de otros sistemas de radio y tiene un alcance de 300 metros, cuenta con un receptor realmente compacto que se puede llevar por toda la casa con la seguridad de no perder en ningún momento la comunicación con el bebé. Se lanzó en junio del pasado año y cuesta unos 220 euros.
La principal originalidad del interfono SBS SC150 es que tiene una función de grabación, por lo que los padres pueden grabar su propia voz para reproducirla más tarde con el fin de tranquilizar al bebé o ayudarle a conciliar el sueño. Apareció en las tiendas en septiembre de 2001 y se puede encontrar por unos 50 euros.
Xcam2, todo bajo control
También con la idea de mantener vigilado al bebé (aunque también se le pueden encontrar otros usos) de una manera mucho más fiable que con los clásicos interfonos, han proliferado los sistemas de videovigilancia. Sin duda uno de los más recomendables en precio (cuesta 200 euros) y prestaciones es el kit de videovigilancia casera inalámbrico llamado Xcam2.
Para controlar las 24 horas el cuarto de los niños (o lo que sea menester) se ofrece una microcámara y un receptor. La cámara incorpora un micrófono y un transmisor capaz de funcionar a una distancia máxima de 30 metros en campo abierto. El receptor se puede conectar a cualquier televisor o a un monitor de ordenador. También se pueden pasar las imágenes a un reproductor de vídeo para grabarlas. La instalación es sencilla y no es necesario realizar ningún tipo de cableado.
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