En la Residencia de Estudiantes de Madrid y de la mano de la Fundación Marcelino Botín, tuvo lugar hace unos días un encuentro poco habitual, en el que tres de los más relevantes sociólogos mundiales del momento como son Manuel Castells, Anthony Giddens y Alain Touraine, capitaneados por Francisco Jarauta, se dieron cita para dialogar sobre Nueva Sociedad emergente y ofrecer claves para el análisis e interpretación de las tendencias que mueven los cambios sociales, políticos y económicos de nuestro tiempo.
El entrañable entorno de la Residencia acogía un diálogo entre los máximos representantes de las últimas teorías sobre Nueva Sociedad. Pero tan novedosa iniciativa se encuadra dentro de un contexto más amplio, un proyecto de discusión sobre los problemas, cambios y transformaciones del mundo contemporáneo, como son los distintos encuentros que se han llevado a cabo durante los últimos dos años por la Fundación Botín, Propuestas para el SXXI y De la Nueva Economía a la Nueva Sociedad. Encuentros que se llevan a cabo con el fin de crear una opinión pública abierta y plural, que proponga soluciones a una complejidad que no es posible resolver desde la perspectiva social actual, que no sabemos interpretar desde los modelos clásicos.
La ansiedad por definir una Nueva Sociedad
Las ciencias sociales intentan comprender el nuevo mundo en el que vivimos desde la base de la investigación empírica y a través de instrumentos teóricos que crean, según Manuel Castells, \”un espacio de interacción y debate en el que se buscan puntos de encuentro y de superación\”.
Los nuevos sistemas de la comunicación y de la información, sitúan al mundo contemporáneo en serias dificultades para definirse a sí mismo, por lo que las ciencias sociales se han visto forzadas a establecer un diálogo intenso desde ese \”común lugar de ansiedad\” que según Francisco Jarauta, defina los modelos de sociedad hacia los que caminamos.
Los nuevos entornos de una Sociedad Programada
Alain Touraine, director de l´École des Hautes Études en Sciences Politiques de París, y fundador del Laboratorio de Sociología Industrial en Francia, abría el diálogo con un interrogante sobre el que construye su teoría de la sociedad desestructurada, desocializada. Para Touraine, sociedad e información son dos palabras contradictorias. Touraine cree que la información va asociada a la tecnología, que se contempla como una autoridad que define las orientaciones culturales. Por ello su tesis defiende que, si bien el papel de la tecnología en el mundo actual es necesario, las tecnologías no son parte de la cultura.
Para Touraine, el sistema de poder basado en la información no tiene un contenido social concreto. El profesor no duda de la existencia de una Red de comunicación que tiene profundos efectos sobre el resto del sistema, pero piensa que los universos virtuales no tienen hoy por hoy una representación real, por lo que los valores culturales y las normas sociales no confluyen. Por ello Touraine habla de que en una economía globalizada, donde la vida económica está por encima de otros órdenes sociales, ya no puede haber Sociedad.
\”O quizá puede que la idea de sociedad no haya desaparecido, pero existe de la peor manera posible. Hay que aceptar la desaparición de todo vínculo social, ya que actualmente la sociedad tiende hacia una homogeneización que trata de eliminar cualquier resquicio de identidad\”, concluye Touraine. Ante esta situación, Touraine propone recuperar una sociedad que aporte a las personas el sentimiento de tener un proyecto personal, que les permita reconstruir sus experiencias como parte de algo integrado cultural y socialmente.
Camino de la Tercera Vía
Anthony Giddens, director de la London School of Economics, creador e impulsor de la llamada Tercera Vía, no se mostró muy de acuerdo con la teoría de Touraine sobre la desaparición de la sociedad, ya que para Guiddens no se puede hablar de lo que pasa en el mundo sin hablar de sociedad. El problema para Giddens es que muchas cosas han cambiado y por tanto hay que revisar el concepto de la sociedad. \”En la Sociedad de la Información se construye con arreglo a nuevos esquemas y parece que esquemas como la tradición o la costumbre ya no tengan lugar alguno posible, lo que en gran medida provoca incertidumbre\”, expresó Giddens.
\”La solución está en pasar de la incertidumbre a la construcción de modos válidos. Los mercados financieros crean distintas relaciones que fomentan el riesgo y la competitividad, que se dan de modo natural en las sociedades marcadas por ellos. Todo esto se refleja en los modelos de moverse por la sociedad, de conseguir cosas e incluso en la familia, pero muchos de los cambios que ocurren también tienen su lado bueno, pues como paradoja aparece ante nosotros un mundo con muchas posibilidades\”, añade Giddens.
Giddens cree que las naciones están en pleno proceso de cambio y que, debido a esta crisis de identidad, están repensando sus formas, su identidad, su cultura. Por ello no cree que la globalización sea sólo un fenómeno mundial, sino que la concibe como un cambio que también afecta a las personas, aunque no necesariamente de forma destructiva. Según Giddens, \”en muchas ocasiones, va todo tan rápido que no puedes ni prever las consecuencias. Hemos de vivir nuestras vidas de un modo mucho más abierto para entender los cambios que se reflejan directamente sobre las personas\”.
Sociedad Red o la nueva morfología social
Manuel Castells, recién aterrizado en España como profesor de la Universitat Oberta de Catalunya, tras dirigir varios años el departamento de Sociología y Urbanismo de la Universidad de Berkeley, manifestó al respecto que \”hemos vivido unos años dominados por el concepto de Estado-Nación, pero ahora hemos de reconstruirlo. Si la sociedad civil desaparece, también la sociedad desaparece, pero el poder no ha desaparecido, está en lugares de difícil identificación\”.
Castells explicó como las redes mundiales del poder financiero han provocado que el poder cambie de un lugar físico concreto a un código que está en nuestra mente, y que tiene reflejo a través de un sistema de comunicación. \”Los mercados financieros son como un autómata que nadie puede controlar, ya que funcionan por redes de flujos de capital aleatorios. Los mercados pueden comprenderse, pero las redes informáticas hacen que otras redes interactúen. Los mercados se mueven también por turbulencias informáticas e informativas, lo que a veces crea una incertidumbre política y sociológica que no se puede reprogramar al momento\”, expuso Castells.
\”Lo realmente nuevo, prosiguió, es que la velocidad incrementa el nivel de complejidad mundial de estas redes\”. El sociólogo explicó como debido a la interacción de tantas intervenciones humanas desde tantos lugares conectados a la velocidad de la luz, es prácticamente imposible controlar las redes. El hecho de tener un desarrollo científico tan poderoso, permite saber más sobre los riesgos del mundo y tener mucha más información de lo que en él ocurre, lo que puede servir para tratar de acercar los polos \’desigualdad\’ y \’globalización\’. Castells concluyó diciendo que \”gestionar las redes de modo adecuado, implica el conocimiento de una nueva dialéctica que pasa por conectar de la Red lo que tenga valor para y desconectar lo que no tenga valor, lo redundante\”.
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