Los señores de Google siempre llevan muy a gala eso de no hacer el mal. De hecho, es el lema más importante de su filosofía corporativa. Pero también es verdad que, sin ánimo de entablar odiosas comparaciones, probablemente para un delincuente apropiarse de lo ajeno no sea nada malo, sino algo respetable: su medio de ganarse la vida.
Decimos esto porque la nueva iniciativa del buscador resulta de lo más inquietante: un software para oír a los ordenadores y conocer al dedillo nuestros gustos televisivos, musicales, de radio.
Parecerá como si tuviéramos espías en casa; da la sensación de invasión preocupante y total de la intimidad. Pero amigos, las empresas de la Red también tienen que comer, y la innovación a la hora de buscar nuevas fórmulas de generar ingresos publicitarios está a la orden del día. Más
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